En España, las olas de calor suelen concentrarse entre junio y septiembre, coincidiendo con la subida de temperaturas del verano, siendo en julio y agosto cuando aumenta el riesgo. La Agencia Estatal de Meteorología define las olas de calor como aquellos episodios en los que, al menos, el 10 % de estaciones meteorológicas de una zona concreta registra una temperatura superior al 95% de la serie histórica de temperatura máxima durante un mínimo de tres días seguidos, teniendo en cuenta los datos del registro histórico desde el año 1971.
En las últimas décadas, se advierte una clara tendencia al alza de las olas de calor en España, tanto en intensidad, como en duración y frecuencia. En 2022, una ola temprana de calor producida en junio dejó temperaturas de 45º C en Andalucía, región que cuenta con el pico más alto de calor con los 47,6º C registrados en Córdoba durante julio del 2017.
Durante el verano, ya es muy habitual superar en España los 40º C, sobre todo, en el interior peninsular y con temperaturas tan elevadas se multiplican los riesgos para la salud, sobre todo en aquellas personas que por su edad o estado son vulnerables. Ante estos episodios de calor extremo, cada vez más frecuentes e intensos, es importante estar alerta a las previsiones meteorológicas para anticiparse y prestar atención a las recomendaciones suministradas por los canales de información oficial que, resumidamente, se incluyen en esta Guía informativa con recomendaciones para reducir y evitar problemas de salud a consecuencia del calor.
El impacto negativo del calor en la salud y personas más vulnerables
Las altas temperaturas tienen un impacto significativo en la salud de todos los seres vivos en general. A ello cabe añadir que evidencias científicas confirman el aumento global de la temperatura media desde el periodo anterior a la industrialización, así como una mayor prolongación del calor al cabo del año, lo que incrementa su impacto negativo en la salud.
Para entender la afectación que tiene el calor en el cuerpo hay que saber que nuestro organismo trabaja para mantener una temperatura corporal media de 37,5º C. Conforme la temperatura ambiental sube, el cuerpo debe esforzarse más para mantener estable la temperatura interna lo que hace mediante la dilatación de los vasos sanguíneos externos provocando la sudoración de la piel con el objetivo de que, al evaporarse el sudor, la piel se refresque, pero el sudor también ocasiona la pérdida de líquidos y sales. Por su parte, el hecho de estar los vasos sanguíneos dilatados hace que la tensión arterial sea más baja y el corazón tenga que trabajar más para llevar la sangre por todo el cuerpo. De ahí que determinadas personas sean más vulnerables ante episodios de calor extremo, y especialmente:
- Personas que sufran enfermedades coronarias y dolencias crónicas cardíacas, ya que su sistema circulatorio es más débil.
- Diabéticos, debido a que esta enfermedad produce que el cuerpo pierda agua más rápido y algunas complicaciones pueden alterar los vasos sanguíneos y la regulación del sudor.
- Bebés, mujeres embarazadas, personas mayores y personas con movilidad reducida.
- Personas con deterioro cognitivo, debido a la falta de consciencia del calor y, por consiguiente, la ausencia de medidas efectivas para combatirlo como, por ejemplo, mantener una hidratación regular.
- Otras enfermedades que pueden agravarse con las olas de calor son: la hipertensión, la obesidad y las patologías renales.
- Por último, las personas que han padecido un golpe de calor o insolación son más propensas a volver a tener uno de estos episodios en los días siguientes, por lo que se deben extremar las precauciones antes de retomar el nivel de actividad normal.
Cómo afecta el calor a la salud
Las olas de calor pueden provocar enfermedades específicamente relacionadas con el calor, como la deshidratación, el agotamiento por calor, insolación y golpes de calor, que pueden llegar a ser mortales. Es importante identificar los síntomas de cada uno de estos episodios para, en su caso, actuar rápido de la forma más correcta.
Síntomas de la deshidratación
- Sensación de fatiga
- Mareos
- Fatiga
- Confusión
- Sed excesiva
- Miccionar con menos frecuencia
- Orina turbia u oscura
Síntomas del agotamiento por calor
- Sensación de mareo o desmayo
- Sudor excesivo
- Piel húmeda y fría
- Calambres musculares
- Náuseas o vómitos
Síntomas del golpe de calor (insolación)
- Dolor de cabeza
- Confusión mental
- Pulso acelerado
- Falta de transpiración
- Piel seca y caliente
- Fiebre
- Pérdida de conocimiento
- Náuseas o vómitos
Cuando la presión arterial disminuye muy rápido, existe un mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco.
| Si esto síntomas persisten más de una hora es aconsejable consultar a un profesional sanitario o centro de salud. Es importante tener a mano el teléfono de los servicios de urgencia: Emergencias 112 – Protección Civil 1006 |
Cómo actuar ante la llegada de una ola de calor
Anticiparse a la llegada de temperaturas altas estando atentos a las previsiones de meteorología es esencial para evitar el impacto negativo en la salud. Estas son las medidas de prevención imprescindibles que se recomiendan cumplir:
- Adaptar hábitos: Durante episodios de altas temperaturas se debe reducir el tiempo de exposición al calor evitando estar al aire libre en las horas más calurosas. Se debe permanecer en lugares frescos, climatizados y a la sombra el mayor tiempo posible.
- Hidratación: Beber agua y líquidos con frecuencia. Evitar bebidas demasiado frías, el alcohol, la cafeína y bebidas azucaradas.
- Alimentación: Aumentar el consumo de frutas y verduras, llevar una dieta equilibrada con preferencia de alimentos ligeros y frescos.
- Ropa: Usar prendas ligeras y transpirables de tejidos naturales, evitando la ropa ajustada. En la calle, utilizar gorras o sombreros, gafas de sol y cremas de protección solar.
- Refrescarse a menudo con toallas humedecidas o duchas de agua tibia. En la piscina y la playa se debe entrar al agua de forma progresiva.
- Prestar especial atención a las personas más vulnerables: En especial, si viven solas, visitarlas varias veces al día y supervisar o ayudar a que adopten las medidas preventivas.
- Medicación: Algunos medicamentos, como los diuréticos, los antihipertensivos, el litio, las estatinas y algunos tratamientos para el Parkinson y la epilepsia, entre otros, pueden tener efectos sobre la termorregulación y aumentar el riesgo ante el calor. Además, las altas temperaturas pueden alterar la composición de algunos medicamentos. Por ello, en caso de estar medicándose, hay que consultar con el médico la conveniencia de realizar ajustes o cambiar los medicamentos, así como conservar las medicinas en un lugar fresco y seco.
Toda la información necesaria se encuentra recogida en el Plan Nacional del Ministerio de Sanidad de actuaciones preventivas de los efectos del exceso de temperaturas sobre la salud 2024.
Coberturas del seguro médico que más ayudan a proteger la salud en verano
Si estás pensando en contratar un seguro médico o ya tienes uno contratado, es importante conocer bien las condiciones de la póliza porque hay algunas coberturas que resultan especialmente en verano para recibir la asistencia inmediata necesaria en caso de tener un problema de salud relacionado con el calor y otras que ayudan a reforzar la prevención:
Coberturas preventivas
- Teleconsultas médicas: Se trata de una cobertura cada vez más común en los seguros médicos, gracias a la cual se puede acceder a consultas médicas generales o con especialistas, de forma inmediata y 24 horas al día para resolver dudas y recibir atención preventiva.
- Servicios de bienestar: También es frecuente tener incluidos en los seguros médicos privados distintas prestaciones y servicios de asesoramiento gratuito orientados a mejorar a la calidad de vida y el bienestar, integrados por nutricionistas, dietistas y otros expertos en salud que ayudan a planificar nuestras rutinas y adaptarlas a las circunstancias.
- Campañas informativas: Los asegurados suelen recibir periódicamente campañas de información, consejos y recomendaciones de sus compañías de seguros.
Coberturas asistenciales
- Servicio de urgencias: Suele estar incluido en las coberturas básicas y es muy importante para recibir la atención médica necesaria en caso de sufrir cualquier problema derivado de las altas temperaturas: deshidratación, quemaduras del sol, golpes de calor, etc.
- Traslado en ambulancia: En caso de urgencia por un problema de salud relacionado con el calor, esta cobertura puede ser necesaria.
- Medicación: Algunas pólizas incluyen la cobertura de medicamentos o el reembolso de las recetas que sean prescritas por el facultativo si es preciso cambiar la medicación si la que se toma habitualmente tiene efectos en la función termorreguladora.
- Dental: El calor también afecta a la salud incrementando el riesgo de caries. Algunos seguros médicos incluyen cobertura dental básica.
- Hospitalización: Si el calor agrava alguna dolencia o enfermedad previa o genera una reacción grave, mediante esta cobertura se tendrán cubiertos los gastos de hospitalización.
Coberturas complementarias
- Asistencia domiciliaria: Algunas compañías ofrecen la cobertura adicional de asistencia a domicilio para personas mayores, con movilidad reducida o enfermedades crónicas que son más vulnerables a los efectos del calor.
- Fisioterapia: Si a consecuencia del calor se tuviesen lesiones que requieran rehabilitación, la cobertura de fisioterapia adicional en los seguros médicos puede resultar muy beneficiosa.
Un seguro médico privado es la mejor protección en cualquier época del año y en verano, un gran aliado para combatir los problemas de salud a consecuencia del calor. ¡Compara los mejores seguros médicos y elige el tuyo!