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La importancia de un diagnóstico dental acertado

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El objetivo principal en odontología es mantener en óptimo estado la salud bucodental y, para ello, la prevención es el factor determinante. Prevenir enfermedades asociadas a nuestra salud dental exige, por nuestra parte, cumplir con unos buenos hábitos de higiene y alimentación, así como visitar al dentista, al menos, una o dos veces al año. De esta forma, permitimos que el especialista en odontología pueda realizar a tiempo las valoraciones y evaluaciones pertinentes de nuestra salud oral para facilitar un diagnóstico dental acertado que es de vital importancia para obtener después un buen resultado en el tratamiento de una dolencia e, incluso, revertir su avance cuando se detecte cualquier infección presente.      

¿Qué debe incluir un buen diagnóstico dental?

Sin un diagnóstico dental acertado no es posible establecer el tratamiento adecuado y, en consecuencia, obtener los resultados pretendidos. La detección temprana de problemas bucodentales puede ayudar a evitar las complicaciones más graves, como la pérdida de piezas dentales, los procesos infecciosos y las enfermedades sistémicas.

El diagnóstico es esencial para planificar un tratamiento personalizado y evitar que surjan complicaciones durante el mismo, lo que se consigue llevando a cabo cada una de las actuaciones que se precisan minuciosamente. La forma más adecuada de llevar a cabo un diagnóstico dental debe incluir las siguientes fases:

Información del paciente (Anamnesis)

El primer paso consistirá en recopilar la información relevante que proporcione directamente el paciente. Además de los datos obtenidos a preguntas directas, el profesional debe recopilar la información del historial clínico y cotejar toda la información recabada con la revisión exploratoria que se realice en consulta. Este examen clínico debe ser lo más exhaustivo posible y orientado a acotar el listado de las posibles causas y problemas existentes.  

Pruebas diagnósticas

Con frecuencia, durante la exploración se pone de manifiesto la necesidad de realizar algunas pruebas más específicas que complementen y confirmen los primeros hallazgos. Las pruebas diagnósticas bucodentales más comunes son las siguientes:

  • Radiografías dentales: Ayudan a detectar problemas bucodentales que no son visibles a simple vista ya que proporcionan una imagen de la dentadura y de las estructuras subyacentes orales. De ahí que sean una herramienta importante en el diagnóstico de caries ocultas y enfermedades periodontales.
  • Pruebas de caries: Estas pruebas sirven para medir la profundidad de las caries en las piezas afectadas.
  • Prueba de sensibilidad: Con la prueba de sensibilidad se mide la sensibilidad de los dientes a la presión, al frío o al calor.
  • Evaluación periodontal: Se utiliza para poder evaluar el estado de las encías.
  • Evaluación de la mordida: Sirve para detectar problemas de oclusión, como mordidas cruzadas, mordidas abiertas o mordidas profundas.
  • Prueba de articulación temporomandibular (ATM): Esta prueba se utiliza para evaluar la articulación que conecta la mandíbula con el cráneo.

Estas pruebas y, en general cualquiera de las necesarias de carácter preventivo, pueden realizarse a menor coste y con precios transparentes si se cuenta con una póliza dental en cualquiera de sus modalidades. Otro aspecto importante de los seguros dentales es el de incluir un cuadro de especialistas en odontología y clínicas dentales de calidad y prestigio lo que favorece ponerse en manos de profesionales que proporcionen la seguridad y la confianza que tan importantes son en cualquier tratamiento relacionado con la salud.   

El diagnóstico y el tratamiento dental

Una vez terminado el proceso de información y evaluación será posible concluir cuál es el diagnóstico final y, en base al mismo, planificar el tratamiento más adecuado para el paciente teniendo en cuenta las diversas opciones de tratamientos posibles. Otro elemento relevante es trasladar al paciente en qué consistirá el tratamiento de forma comprensible, incluyendo las indicaciones y contraindicaciones necesarias, así como las expectativas de los resultados que se esperan.

En función de cuál sea el diagnóstico, habrá casos en los que se deba realizar alguna intervención de urgencia o establecer distintas fases en el tratamiento cuando se trate de procesos más complicados. De hecho, una de las claves del éxito es abordar la planificación del tratamiento incorporando el factor temporal, de manera que se establezcan las prioridades a medio y largo plazo. Por lo general, las dolencias más comunes sólo requerirán una o dos visitas al dentista para solucionarlas. Sin embargo, los casos más complicados pueden requerir tratamientos escalonados en distintas fases de intervención y deben tratarse durante un periodo de tiempo. En estos casos, el especialista debe procurar que el paciente tenga las mínimas molestias posibles a lo largo del procedimiento.

Consejos para evitar problemas dentales

La prevención es siempre el mejor aliado para mantener en buen estado la salud bucodental. Para ello, cuidar la higiene dental, evitar determinados alimentos y bebidas azucaradas, y realizar visitas regulares al dentista son hábitos esenciales que no deben descuidarse.   

Un seguro dental también ayuda a prevenir enfermedades bucodentales proporcionando una mejor atención dental y más accesible lo que permite detectar a tiempo cualquier problema dental cuando el tratamiento es más fácil. Con la amplia oferta actual, merece la pena comparar seguros dentales para encontrar los mejores servicios y descuentos. 

Siguiendo esta guía de recomendaciones, podemos mantener una salud bucodental perfecta y prevenir problemas dentales, lo que es esencial para la salud en general y nuestra calidad de vida.