Seleccionar página

La principal razón por la que se recurre a la atención sanitaria privada es que los tiempos de espera son a menudo largos en el público.

En este contexto, en los últimos años, cada vez más empresas y cada vez más personas han empezado a dirigirse a compañías de seguros para ver cuánto ahorrar con un seguro de salud, tanto en términos de dinero como de tiempo, y cómo no encontrarse sin preparación en caso de enfermedades o incidentes que puedan requerir gastos extraordinarios.

En España, las prestaciones sanitarias pagadas de bolsillo por los pacientes son sobre todo las que se refieren a las enfermedades oncológicas, cardíacas y ortopédicas: todas cosas para las que es importante intervenir a tiempo.

También hay que tener en cuenta que en los últimos años los precios del ticket han aumentado en España y que, al mismo tiempo, se han difundido diversas estructuras privadas con precios reducidos.

En definitiva, en algunos casos la diferencia económica para el paciente es mínima, y es en estos casos que las ventajas y las comodidades de la sanidad privada prevalecen.

Seguro de salud. ¿Cuál elegir?

Los seguros de enfermedad funcionan de manera muy similar a todos los demás seguros: el asegurado contrata una póliza que, a cambio de un pago anual definido, lo asegura en la cobertura de gastos privados imprevistos hasta una cantidad máxima acordada.

A diferencia de los seguros de automóviles o de motocicletas, y a diferencia de lo que ocurre en otros países del mundo donde el sistema sanitario funciona de manera diferente, en España el seguro de salud no es obligatorio, Así, cada ciudadano puede decidir si lo hace o no.

Los seguros de enfermedad más extendidos se clasifican en tres grandes categorías:

  • Invalidez permanente
  • Cobertura compensatoria
  • Reembolso de gastos médicos

Una es la que asegura el riesgo de invalidez permanente y garantiza al paciente asegurado una indemnización económica proporcional a su grado de invalidez.

Otra es la llamada indemnización, es decir, que garantiza a los asegurados una cantidad fija (una indemnización, precisamente) en caso de que se produzca el acontecimiento contra el cual se asegura. Por ejemplo, en caso de pérdida de ingresos debido a la imposibilidad de trabajar por razones de salud, el asegurado sabe que recibirá una cantidad diaria determinada según ciertos criterios.

La tercera es el seguro reembolsable, que cubre los gastos médicos del paciente y que puede funcionar de dos maneras. Si el paciente decide pagar directamente la prestación médica y envía posteriormente la documentación a su seguro, el reembolso se le concederá de forma «indirecta».